EXPEDICIÓN WALLACE (2ª parte)
Tras 12 días de crucero la Expedición Wallace había alcanzado el ecuador de su itinerario previsto. Ahora teníamos por delante cerca de 1.000 Km de nuevos arrecifes inexplorados, hasta alcanzar Tritón Bay, la más cercana zona conocida y etapa final de este viaje.
Como relatábamos en el capítulo anterior, el objetivo de esta expedición consistía en explorar una zona nueva de buceo, en donde nunca antes se hubieran realizado inmersiones, con el fin de abrir nuevas ruta. Nuestra última parada ha sido en el puerto de Saumalaki, en la isla de Yandena, punto de entrada al archipiélago de las Tanimbar. Un lugar en donde hemos disfrutado de los invertebrados más coloridos y de peces nunca antes vistos. Ya abandonando el puerto, en las últimas horas del día, no hemos podido resistir la tentación de explorar la pequeña isla de Nustabun, y las dos inmersiones que realizamos resultan muy fructíferas. El arrecife no es gran cosa, pero abundan los peces pequeños, como crías de loro azul, juveniles de pez cofre y pez cometa, buen número de nudibranquios, curiosos crustáceos y cefalópodos y lo más destacado: un ejemplar de halophryne diemensis. Uno de los peces escorpión menos frecuentes.
Continuamos navegación durante gran parte de la noche para amanecer ante las costas de la isla Selu, 60 millas más al noroeste. Decidimos hacer una prospección en una pequeña isla cercana, que aparece marcada como Niturulingat. El buceo resulta muy bueno, con aguas claras y abundancia de peces. El arrecife es interesante, con diversidad de corales duros y gorgonias grandes. Me resulta sorprendente el comportamiento de un ejemplar adulto de barramundi (Cromileptes altivelis), un serránido muy tímido que en esta ocasión se muestra curioso acercándose hasta casi tocar el frontal de mi cámara mientras era desparasitado. Como contraste a este arrecife la cercana isla de Nusnitu nos ofrece un entorno totalmente diferente, con fondo de arena y fango, donde encontramos atractivas especies como los peces pipa robustos y algunos peces piedra, aunque lo que más destacan son los crustáceos, como la gamba emperador o las singulares gambas sarón.
La siguiente etapa nos conduce a la isla de Maru. Aprovechamos la ocasión para visitar un pequeño poblado de pescadores donde nos reciben con amabilidad y una gran dosis de asombro. Nunca han visto un turista y no entienden demasiado para qué nos metemos bajo el agua con cámaras de fotos. Deciden acompañarnos y mostrarnos su forma de pescar, con narguile y arpón, un método muy selectivo y de poco impacto, ya que no comercializan las capturas. El paisaje submarino está dominado por los corales duros, aunque también localizamos una zona de pared con interesantes gorgonias. Durante gran parte de la inmersión nos acompaña una robusta serpiente marina del tipo laticauda semifasciata, mucho más grande que su pariente laticauda colubrina, de bandas blancas y negras.
Esa misma jornada alcanzamos la escarpada costa de Nituwahan, y en sus fondos fotografiamos desde una buena variedad de peces a coloridos alcionarios. Pero nada es perfecto, y tras sacar la cabeza del agua nos encontramos una embarcación repleta de lugareños con caras poco amistosas, que, en contraste con sus amables vecinos de Maru, nos “invitan” a marcharnos…o iniciaran acciones violentas. Conclusión, que recogemos al resto del grupo y ponemos rumbo al archipiélago de las Kai.
Es nuestro decimoquinto día de expedición y el fuerte viento que ha soplado durante toda la noche, y que nos ha retrasado más de cinco horas, no parece amainar. Tras una inmersión en Taam, durante la cual localizamos cabezas de coral repletas de alcionarios, continuamos hasta Nuninai, ya que hay que recuperar el tiempo perdido durante la travesía. Pese a que el plan inicial es recorrer el arrecife que discurre paralelo a la costa, Charo y yo decidimos adentrarnos en el azul, para probar suerte. Tras unos minutos de navegación rumbo oeste una sombra nos anima a acelerar el aleteo y finalmente llegamos a la ladera de un gran bajo. Estamos a 35 m, y seguimos una de las aristas hasta la cima, que se localiza a tan solo 14 m. La zona es relativamente extensa y se encuentra tapizada de corales duros en perfecto estado, entre los que discurren labios dulces, grandes meros, peces mariposa de nariz larga, fusileros, soldado, emperador, túnidos, peces murciélago, etc. Hay muchas estaciones de limpieza en las que los peces se mantienen relajados mientras son desparasitados. Pese a la belleza del lugar y la abundancia de vida, la sensación de ser los dos primeros seres humanos, y puede que los últimos, que alcanzan este punto no deja de resultar excitante.
Amanece mientras escribo: estamos a 15 de Abril de 2012 y comienza la última etapa de exploración, que centraremos en el archipiélago de las Kai. La previsión es dedicar dos días a estas islas, para posteriormente continuar la singladura hasta Tritoin Bay. Anclamos en el extremo norte de Bui, donde realizamos la primera inmersión en un arrecife de ladera con abundantes corales y peces pequeños. Vemos un par de tortugas y algunos carángidos. Este es un punto de transición, ya que la idea es localizar alguno de los bajos que aparecen en la carta náutica, situados unas 10 millas al norte, que descienden desde los 12 m. hasta superar los 300 m. Introducimos en el GPS las coordenadas, pero no aparecen los bajos…durante más de una hora dos equipos, en las embarcaciones auxiliares, rastrean metódicamente la zona y finalmente se consigue el objetivo.
El bajo comienza algo más profundo y la visibilidad supera los 40 metros, algo que nos permite disfrutar al máximo del increíble espectáculo. Tanto la cumbre como las laderas están saturadas de corales duros, esponjas de barril, una especie de esponjas “multitubo” y esponjas porosas, todas de proporciones inimaginables, y sobre ellas miles de fusileros y cirujanos acompañados de carángidos. Sus veloces y simultáneos movimientos generan un sonido en el agua que resulta sobrecogedor.
Este hipnótico espectáculo no nos hace olvidad que ya hemos descendido hasta casi los 40 m. y decidimos regresar a cotas más someras y continuar explorando. Toda la zona es excelente y está repleta de peces; bajo un gran bloque de coral localizamos una gran morena panal, y pocos metros después nos cruzamos con una tortuga y algunos atunes dientes de perro. Tras tres excitantes inmersiones abandonamos el bajo que hemos bautizado como “Ultima Frontera” y regresamos a la costa de Bui para realizar una nocturna que resulta fascinante, con sepias gigantes, multitud de crustáceos, peces cocodrilo y grandes morenas verdes de casi 2 m de largos. El resumen del primer día en las Kai no puede ser mejor.
Cambiamos el rumbo al este y tras una noche de navegación alcanzamos la isla de Nuhuyut. A los pocos minutos de arribar descubrimos en su extremo norte un pequeño arco de piedra, que nos recuerda a otro existente en Galápagos (Arco de Darwin); parece una señal para conducirnos a un nuevo punto de buceo. Decidimos bautizar este lugar como Arco de Wallace. Bajo la superficie encontramos un fondo plano, que repentinamente se quiebra en una marcada ladera que nos conduce a un canal de arena repleto de anguilas de jardín. Pasado dicho canal alcanzamos otro arrecife aún más interesante, con una enorme cantidad de peces y mucha variedad. Como ejemplo diré que en unos pocos metros cuadrados hemos podido fotografiar cinco variedades de labios dulces. Una inmersión a recordar mientras recorremos las más de 100 millas que nos separan de nuestra siguiente etapa: Triton Bay.
Han pasado más de 5 años de nuestra última visita a esta singular bahía. Aquel viaje – como hemos realizado en las semanas anteriores – también tuvo una importante etapa de exploración, y actualmente Triton Bay es uno de los destinos más reconocidos de Indonesia. Comenzamos la jornada en uno de esos lugares que descubrimos en 2007, un punto que bautizamos en aquel entonces como Tim Rock, nombre de uno de los fotógrafos que integraba aquel grupo. El rencuentro con estos arrecifes nunca deja de asombrar; los corales negros de proporciones gigantescas forman un autentico bosque submarino que rodea el islote, y en su interior encontramos infinidad de peces que encuentran protección.
Tras la zona de coral negro la pendiente se ve salpicada por numerosos bloques calcáreos recubiertos literalmente de alcionarios de todos los colores que podamos imaginar. Y entre todo este universo de vida, un permanente encuentro con ejemplares de tiburón wobbegong, que repodan sobre el fondo de cascajo o bajo las repisas de las formaciones rocosas. Cuando se oculta el sol el buceo continúa y damos paso al encuentro de calamares, ovúlidos, nudibranquios o los más pintorescos cangrejos. Cada minuto bajo estas aguas es de lo más prometedor.
Los cuatro últimos días de nuestra aventura han transcurrido con un ritmo trepidante, ya que apenas hemos tenido que navegar, y hemos podido pasar cerca de ocho horas diarias bajo el agua, alternando inmersiones donde el gran colorido del arrecife captaba toda nuestra atención y dedicando el tiempo a la fotografía de corales blandos en gran angular, con otras en donde los cardúmenes de cirujanos, las serpientes marinas , los apacibles labios dulces, los diminutos caballitos pigmeos o los inquietos lábridos flash centraban toda nuestra atención.
Ponemos rumbo a Kaimana. Ya han pasado 22 días desde que nos embarcamos en el puerto de Kupang, en la isla de Timor. En aquel momento ante nosotros solo teníamos tan solo incertidumbre, una auténtica aventura en el más puro sentido de la palabra, ya que este proyecto no tenía un final cierto, podía terminar en un auténtico fracaso o llegar a culminar en el establecimiento de una o varias nuevas rutas para el buceo. Ahora, tras pasar cerca de cien horas bajo estas aguas, aquel sueño que comenzó a gestarse tres años atrás es una realidad.
Los puntos descubiertos ya son la base para tres diferentes rutas que se comenzarán a ofrecer. Viajes que a su vez también tendrán un componente de exploración para que con el tiempo todos los buceadores puedan disfrutar de esos increíbles lugares que los componentes de la Expedición Wallace hemos tenido la suerte de conocer.
Ahora, mientras contemplamos el horizonte rumbo a puerto final, nuevos proyectos empiezan a rondar por nuestras cabezas…¡La aventura continua!
AGRADECIMIENTOS
Esta expedición ha podido hacerse realidad gracias a la participación de otros 9 apasionados por el buceo, que creyeron en el proyecto. Desde estas páginas agradecemos el trabajo realizado a: Almudena Cantalejo, Cristobal Serrano, Isidro Cuallado, Javier Jiménez, José Guijarro, Juan García, Miriam Alot, Natalia Hernandez-Coronado y Sandra Sirvent.

Charo Gertrudix - Fotógrafa submarina y de naturaleza
A lo largo de su trayectoria profesional ha liderado multitud de viajes de buceo, y también enfocados a la fotografía de fauna salvaje, visitando más de 165 destinos en cinco continentes. Aparte de sus dotes como relaciones públicas e integradora de grupos, ha desarrollado una intensa labor periodística, publicando sus fotografías en las más prestigiosas revistas especializadas en buceo. Siente pasión por los grandes tiburones, con los que le entusiasma bucear.

Felipe Barrio - Fotógrafo de naturaleza e Instructor de buceo
Cuenta con una larga trayectoria viajando por todo el mundo y realizando reportajes fotográficos para diferentes medios. Esto le ha permitido visitar más de 170 destinos, de lo más dispares, aportándole una experiencia como viajero, tremendamente completa. Ha realizado más de 100 cruceros y miles de inmersiones, ha explorado 95 pecios y ha liderado más de 100 grupos, tanto relacionados con el buceo como enfocados a la fotografía de vida salvaje y naturaleza.
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